El pasado miércoles los demócratas, mientras preparaban legislación para reformar el sistema de salud, solicitaron dos investigaciones separadas sobre la política de precios de la industria farmacéutica.
Tras enterarse de que el precio al por mayor de los medicamentos de marca ha aumentado en forma inusualmente acelerada, cuatro congresistas y un senador pidieron al gobierno que investigase.
Algunos expertos piensan que el aumento del precio al por mayor se debe a que la industria teme que la nueva legislación limite el gasto en medicamentos, pero la industria no está de acuerdo con esta teoría. Los congresistas demócratas escribieron una carta al Government Accountability Office (GAO), una oficina apartidista que realiza investigaciones para el Congreso, en la que dicen “Estudios recientes indican que la industria está aumentando los precios de algunos medicamentos artificialmente en anticipación a futuras reformas”. “La manipulación de precios es inaceptable, pero cuando se hace en forma anticipada es especialmente ofensiva” añadieron, y solicitaron a la GAO que hiciera una revisión rápida de los aumentos de precio. Los congresistas que firmaron esta carta fueron; Charles B Rangel, Henry A Waxman, Pete Stark y John Lewis.
Por otra parte el senador Bill Nelson, un demócrata que en el Senado ha liderado el esfuerzo por conseguir concesiones de la industria escribió al inspector general del Ministerio de Salud y Servicios Humanos (Department of Health and Human Services) solicitando “la investigación inmediata y detallada del proceso de determinación de precios de la industria, los recientes aumentos y su impacto en los programas públicos de Medicare (para los jubilados) y Medicaid (para los pobres)”.
Según un artículo publicado en The New York Times, los precios al por mayor de los medicamentos de marca aumentaron un 9% en el periodo de 12 meses que concluyó el 30 de septiembre; el mayor aumento en varios años, a pesar que el índice de precios al consumidor se redujo durante ese mismo periodo. Este artículo citaba un estudio pagado por la asociación de personas mayores de 50 años (AARP), otro realizado por un analista de Wall Street, y un informe de IMS Health. Según estas fuentes el aumento de precios podría representar un costo adicional de US$10.000 millones, con lo que el gasto en medicamentos superaría los US$300.000 millones en el 2009.
A este ritmo, el aumento superaría los ahorros a los que se comprometió la industria en la ley de salud aprobada por el comité de fianzas del Senado, y que posteriormente se incorporó en el proyecto de ley de reforma de salud del Senado. El compromiso exige que la industria ofrezca descuentos que ahorrarían US$8.000 millones anuales al programa de Medicare durante un periodo de 10 años. El senador Nelson dijo “Quiero saber si la industria farmacéutica está desarrolando una estrategia para recuperar algunas de las concesiones que han prometido para la reforma de salud”.
Las compañías no niegan haber aumentado los precios al por mayor en un porcentaje mayor al de años anteriores, pero niegan que esté relacionado con la reforma de salud. Dicen que los aumentos son necesarios para mantener las ganancias y poder invertir en investigación y mantener los empleos durante esta época de crisis, que se caracteriza por una disminución en la venta de medicamentos de marca, la expiración de patentes, y el aumento de la competencia por parte de los genéricos.
Según dijo Stephen W. Schondelmeyer, el experto que realizó el estudio para AARP, durante los últimos 12 meses los precios al por mayor de los medicamentos que más utilizan los beneficiarios de Medicare experimentaron el mayor aumento desde 1992.
El Banco Credit Suisse, en una investigación separada, encontró que los precios de todos los medicamentos de las ocho compañías estadounidenses más grandes, como media, habían experimentado el mayor aumento en al menos cinco años. IMS Health reveló que el aumento de precios había sido superior al anticipado.
El señor Schondelmeyer y la investigadora para Credit Suisse, Catherine J Arnold, dijeron que ellos piensan que el aumento es en anticipación a posibles recortes de gasto con la reforma de salud. El profesor Schondelmeyer y Joseph P Newhouse, un economista de la salud de la Universidad de Harvard, comentaron que había precedentes de aumentos de precios en anticipación a acciones gubernamentales que pudieran afectar a la industria.
Los congresistas demócratas también dijeron que la GAO había documentado aumentos de precio inusuales en algunos medicamentos de marca el año antes de que el Congreso añadiera el beneficio farmacéutico al programa de Medicare. Su carta decía que la GAO podía basarse en ese trabajo, y además solicitaba que la GAO hiciera recomendaciones para poder monitorear el comportamiento de los precios de los medicamentos de venta con receta. La versión de la ley de reforma de salud que discute el Congreso autoriza a Medicare a negociar precios con la industria, quién se opone a esta medida.
Ken Johnson, vicepresidente de la Asociación de Investigadores y Productores de Medicamentos (PhMRA), dijo que la solicitud de investigación se basa en “la utilización distorsionada de las estadísticas e informes de prensa sensacionalistas” pero no negó los hallazgos específicos de ninguno de los tres informes (AARP, Credit Suisse, IMS Health), que además se basan en la información que proporciona la industria y los mayoristas. Sin embargo citó otras números que mencionaban un aumento de los precios en mucho menos del 9%.
El Sr. Johnson acusó a AARP de “intentar crear confusión para su propio beneficio político a medida que nos acercamos al debate de la reforma de salud”. John Rother, vicepresidente ejecutivo de AARP, contestó que “No tiene nada que ver con Boletín Fármacos 2010, 13(1) 63 política, tiene que ver con un sistema de salud que podamos pagar”.